sábado, 5 de diciembre de 2009

Seguiré manchándome los dedos, gracias.


No hace mucho veíamos la nueva campaña del diario El País. Se presentaba en mil y un formatos, tenías “países” por todos sitios, en la web, en tu móvil (no intento imitar los anuncios de Antena3.0 ¬¬). Y surgía el eterno debate de nuestra época, ¿pantalla o papel?

Parece que es inevitable, y que los periódicos de papel, que nos manchan los dedos mientras pasamos las páginas, también. Muchos quieren mirar a otro lado, pero las cifras están ahí, y no son demasiado halagüeñas.

El problema es simple, ¿qué le puedes ofrecer al lector del periódico, si Internet le cuenta lo mismo y más rápido? Internet se ha convertido en el mejor producto sustituto del tradicional periódico de papel. Por esa razón muchos se han trasladado a la red con la esperanza de paliar la caída de las ventas.

Algunas alternativas planteadas, como se ha comentado en entradas anteriores, es el llamado periodismo "hiperlocal", que reduce su público objetivo a un pequeño barrio o población local. Aunque otros como el todopoderoso Murdoch, director de la News Corporation, abogan por un mayor alcance global. Las opiniones se dividen entre los profesionales del medio y las cabezas pensantes están que echan humo.

Hemos hablado de Internet como producto sustitutivo del periódico en papel, pero no es la única solución. El periódico sigue teniendo un valor intangible. Cuando compras el periódico, compras algo más que información. Busca a ese columnista que tanto te gusta, esos reportajes que te presentan de forma tan espectacular,...es una relación más personal. Por eso te indignas cuando te cuentan algo que no te gusta, o te lo presentan como no te esperas. Es algo más que un trozo de papel, es TU periódico. Esa relación aumenta los fines de semana, especialmente el domingo. Y es esa una de las claves que se están manejando en el sector, la posibilidad de reducir sus páginas los días de menor venta, haciendo un periódico más claro, conciso y esquemático. De esta manera se ahorra en papel, en personal (al menos durante esos días).

Después del escaso éxito de las suscripciones de prensa en internet, se piensa en las suscripciones de fin de semana, que podrían ser más rentables a largo plazo.
Incluso hay propuestas de nuevos formatos, tratando de respetar los cánones clásicos. Es el caso del llamado e-newspaper, un periódico electrónico con un tamaño más reducido que el tabloide pero en soporte de plástico. Aúna la inmediatez de la información de la red y esa característica de lo tangible y táctil. Algo que el lector pueda sentir como suyo. El caso es que a medida que crecen los productos sustitutos y los formatos emergentes, disminuye la capacidad competitiva de las empresas periodísticas y el poder de negociación de éstas con los anunciantes.

Y es que no debemos olvidar que las empresas informativas se enfrentan a un doble mercado: los lectores y los anunciantes, éstos últimos responsables de muchas de las evoluciones de los periódicos y que sustentan hoy en día a la mayoría, ante la caída de audiencia. Para preservar la independencia de los medios impresos, estas empresas informativas deben esforzarse en conseguir un equilibrio entre ambos mercados y que ninguno comprometa al otro. Para ello es necesario ese nuevo modelo, que está ahí en el aire, pero que ni los expertos encuentran consenso y acierto en las decisiones. Parece que la fuga de periódicos a la red no es del todo rentable cuando hablamos de publicidad. Los anunciantes de este sector no se pillan los dedos y apuestan más por los medios tradicionales.

Puede que pensar en esto deje un sabor de boca agridulce ya que descubres que la incertidumbre no sólo está en los "pringados" que estamos a punto de salir del cascarón de la Universidad, sino también en gigantes comunicativos de larga trayectoria a sus espaldas.